《父母之憂》Cuando cuidarse es también amar a los que nos amaron

20

Meng Wubo preguntó sobre la piedad filial.
El Maestro respondió: «Lo único que aflige a los padres es la enfermedad de sus hijos».

En el tejido de la existencia humana, el primer hilo que se enhebra es aquel que une a padres e hijos, un lazo forjado en el vientre materno. Desde el instante en que la vida germina, la madre custodia su alimento como quien guarda un tesoro, rehúye todo peligro y, con frecuencia, renuncia incluso a remedios que pudieran aliviar su propio dolor si sospecha que una sombra de daño podría rozar al ser que lleva dentro.

Meses de vigilia amorosa, de espera colmada de ternura y temblor, hasta que al fin irrumpe en el mundo el primer llanto del recién nacido. Ese grito inicial, esa búsqueda instintiva del pecho materno, queda grabado en el alma como un eco perpetuo. Pero el alivio del parto no es el fin de la inquietud, sino el umbral de un amor más hondo. Siguen las noches en vela, las fiebres repentinas, los tropiezos de la infancia, las tormentas de la adolescencia… y así, en un fluir incesante, el amor parental se extiende como un río subterráneo que nutre cada etapa del crecimiento.

No en vano el proverbio oriental susurra: «Solo al estrechar a tu propio hijo comprendes el amor que te dieron tus padres». Tampoco es casual que, cuando llega el Día de la Madre, tantos labios tarareen aquella canción que la pinta como un pedazo de cielo. Porque en la enfermedad de un hijo, el sufrimiento parental talla surcos imborrables; y en su recuperación, la alegría trasciende toda palabra. Para un padre o una madre, el bienestar de sus hijos es altar sagrado, llama que no se apaga con los años, la distancia ni la independencia.

Tal vez por ello, Confucio dedicó numerosas enseñanzas a la piedad filial, abordándola desde distintas perspectivas. En este breve pero profundo diálogo con su discípulo Meng Wubo, expresó con claridad una de las mayores preocupaciones que anidan en el corazón de los padres: la salud de sus hijos.

La salud es un bien supremo para toda persona y forma parte esencial del interés superior de niñas, niños y adolescentes, principio rector consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño —instrumento de jerarquía constitucional en la República Argentina— y desarrollado con precisión en la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. Esta norma reconoce expresamente el derecho de todo niño, niña y adolescente a gozar del más alto nivel posible de salud física y mental, en condiciones de equidad, dignidad y sin discriminación alguna.

A medida que los adolescentes crecen, adquieren de forma progresiva autonomía para tomar decisiones sobre su cuerpo y su salud, en función de su edad y grado de madurez. Sin embargo, esa libertad no es absoluta: debe ejercerse con responsabilidad, en armonía con su desarrollo integral y en sintonía con el cuidado amoroso que han recibido desde el inicio de sus vidas.

Actitudes que comprometen gravemente la salud —como el consumo de sustancias psicoactivas, las carreras callejeras (picadas), la adicción a los videojuegos, el abuso de alcohol o la privación voluntaria del descanso— no solo ponen en riesgo su bienestar físico, mental y emocional, sino que también contradicen el espíritu de respeto y gratitud hacia quienes velaron por ellos desde el seno materno.

Asimismo, existen otras conductas que, aunque muchas veces son minimizadas o incluso normalizadas en la cultura juvenil, comprometen seriamente la salud integral de los adolescentes. Entre ellas se encuentran el uso excesivo de redes sociales —que puede generar ansiedad, dependencia emocional o distorsión de la autoestima—; los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia; el sedentarismo extremo, la privación crónica del sueño, el aislamiento social voluntario, las conductas autolesivas, la sobreexposición a contenidos nocivos y la sexualidad ejercida sin orientación ni cuidados adecuados. Todas estas prácticas, en mayor o menor medida, afectan el desarrollo pleno de la persona adolescente y vulneran su derecho a una vida saludable, digna y segura.

Por eso, este diálogo entre Confucio y Meng Wubo cobra una vigencia singular en nuestra época, donde, muchas veces, la exaltación unilateral de los derechos de niñas, niños y adolescentes tiende —involuntariamente— a desatender las fatigas, el desvelo y el sufrimiento silencioso de quienes los han cuidado con amor incondicional.

Cuidar la salud no es solo una responsabilidad individual: es también una forma profunda de honrar a quienes nos dieron la vida.
Practicar la piedad filial en el mundo de hoy no implica únicamente obediencia o palabras de gratitud, sino asumir con conciencia el valor del cuerpo y de la vida que nos han sido confiados. Cuando una persona joven cuida de su bienestar físico y mental, no solo se respeta a sí misma: también honra, con humildad y en silencio, el amor, los desvelos y los sacrificios de sus padres.

孟武伯問孝。
子曰:「父母唯其疾之憂。」

在人類生命的織錦中,最初編織上的那一縷線,便是父母與子女之間的連結,一種在母胎中便已鑄成的羈絆。自生命萌芽的那一刻起,母親便如守護寶藏一般謹慎對待飲食,避開一切可能的風險。她常常寧願忍受自身的疼痛,也不願服用可能對腹中胎兒帶來絲毫傷害的藥物。

數月的愛心守候,充滿溫柔與不安的期盼,終於迎來了新生命的啼哭聲。那一聲初啼,那一刻本能地尋覓母乳的渴望,彷彿在靈魂深處刻下一道永不磨滅的印記。然而,分娩的釋然並非憂慮的終點,而是更深沉愛的開端。隨之而來的是無數不眠之夜、突如其來的高燒、童年的跌撞與青春的風暴……這份父母之愛,如潛流般持續滋養著孩子人生的每一個階段。

東方有諺語如是低語:「抱過自己的孩子,方懂父母的恩情。」也難怪每逢母親節,總有無數人低聲哼唱那首歌,稱母親為「天上的一片雲」、「人間的一抹天光」。因為當孩子生病時,父母所受的煎熬足以在心上刻下深深的痕跡;而當孩子痊癒,父母的欣喜亦超越言語所能形容。對父母而言,子女的安康是一座神聖的祭壇,是一團縱使經年累月、歷經風霜也不會熄滅的心火。

也許正因如此,孔子對孝道有著諸多闡述,從不同角度訴說其意。在與弟子孟武伯的簡短對話中,他以簡練卻深刻的語句,道出了父母心中最沉重的牽掛之一:孩子的健康。

健康,是每個人最基本且最寶貴的福祉,也構成兒童及青少年最佳利益的核心之一。這一原則已被《兒童權利公約》明確規範,該公約具有憲法位階,並在阿根廷的《第26.061號法律──兒童及青少年全面權利保護法》第十四條中具體化。該條文明確指出:所有未滿十八歲者均有權在平等與尊嚴的條件下,享有身心健康的最高水準。

隨著青少年的成長,他們逐漸取得關於自己身體與健康的自主決策能力,這一點應依其年齡與成熟度而定。然而,這種自由並非無限的,它應以負責任的態度行使,與個人整體發展保持一致,並與其自生命初始便獲得的愛與照顧保持和諧。

那些嚴重危害健康的行為──例如吸食毒品、參與非法街頭賽車(俗稱「飆車」)、沉迷電玩、酗酒或故意剝奪自身睡眠──不僅危及青少年的身體、心理與情緒發展,也違背了對父母之愛與感恩的基本倫理,辜負了他們自子女在母胎中便開始的守護與付出。

此外,還有許多在當代青少年文化中被低估甚至合理化的行為,同樣對健康構成嚴重威脅。例如過度沉迷社群媒體,導致焦慮、情緒依賴或自我形象扭曲;飲食失調,如厭食症或暴食症;長時間久坐不動與系統性地剝奪睡眠;選擇性社交隔離、自殘行為、沉浸於有害內容,或在缺乏引導與保護的情況下從事性行為。這些行為無論輕重,皆對青少年的整體發展造成影響,損害他們享有健康與有尊嚴生活的權利。

因此,孔子與孟武伯之間這段對話,在當代社會尤顯珍貴與迫切。今日,我們往往強調兒童與青少年的權利,卻在無意之中忽視了那些為保護、照顧與培育他們而默默承受疲憊與焦慮的父母。

珍惜健康,不僅是對自身的責任,更是一種深刻的孝行。
在今日的世界中,實踐孝道不再只是聽從與口頭感謝,更應是一種自覺與成熟的行動──體認生命與身體的可貴,理解那份由愛而來、歷經辛勞所守護的存在。當一位年輕人珍視自身身心的安康時,他不僅是在尊重自己,更是在以最沉默而有力的方式,回應與敬謝父母的愛、操勞與犧牲。

- ads -