Hablar menos, hacer más: la sabiduría de Confucio para tiempos modernos

106

Hablar menos, hacer más: la sabiduría de Confucio para tiempos modernos

Francisco Cheng

Confucio enseñó:

「君子欲訥於言,而敏於行」
“El hombre virtuoso aspira a hablar con moderación y actuar con prontitud y eficacia”.

Esta afirmación, tan breve como poderosa, atraviesa el tiempo con una vigencia sorprendente. En una sociedad líquida donde las palabras y las promesas abundan —en redes, discursos, comentarios y opiniones—, y donde muchas veces la acción concreta escasea, el sabio chino nos recuerda una verdad sencilla pero fundamental: lo que cuenta no es tanto lo que se dice, sino lo que se hace.

Entre el dicho y el hecho hay un trecho

El ser humano tiende naturalmente a quedarse en el pensamiento, a imaginar posibilidades, a planificar, a opinar, a quejarse y a criticar. Todo ello es válido. Pero cuando ese pensamiento se encierra en sí mismo y no se traduce en acción o en corrección, cae en la estéril especulación. Como señala la sabiduría popular: entre el dicho y el hecho hay un trecho. Y ese trecho —cuando no se recorre— puede convertirse en el lugar donde naufragan nuestros proyectos, nuestros vínculos y nuestro crecimiento personal.

Un cocinero puede leer cientos de recetas, pero si nunca enciende el fuego, no habrá comida.
Un guía puede explicar con lujo de detalles un mapa, pero si nunca caminó ese terreno, su conocimiento es frágil.
Así también, una persona puede pasar años hablando sobre valores, misericordia o espiritualidad, pero si no los encarna con sus actos, todo queda en el aire.

Este principio confuciano encuentra un eco profundo en el estoicismo, especialmente en Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Los estoicos sostenían que la virtud no consiste en teorizar, sino en practicar: en cada acción cotidiana, en la coherencia entre lo que uno dice y lo que uno hace. Para ellos, el carácter se forma en el hacer, no en el decir.

Confucio no desprecia la palabra, pero la somete al juicio de la acción. El 君子 junzi —el hombre noble y virtuoso— no es aquel que habla mucho ni el que impresiona con discursos vacíos, sino el que actúa con decisión, con oportunidad, y que aprende de sus propias acciones. Solo haciendo uno se corrige, crece, se transforma. La palabra, sin experiencia, puede ser solo humo.

Actuar sin miedo

Desde la psicología contemporánea, este consejo de Confucio también tiene gran resonancia. Uno de los fenómenos más estudiados hoy es la procrastinación o postergación crónica. Las personas planean, sueñan, hablan de todo lo que harán… pero no lo hacen. Se quedan atrapadas en un ciclo de pensamiento paralizante que impide el paso al acto. Esta postergación puede estar ligada al miedo al fracaso, al perfeccionismo o a la falta de contacto con el presente. Pero el resultado es el mismo: una vida congelada en intenciones.

Otro problema de quedarse en el plano discursivo es emitir juicios u opiniones antes de actuar. Uno cree saber cómo funciona algo, cree poder opinar sobre la vida de los demás, o incluso sobre procesos que nunca ha vivido. Sin embargo, cuando finalmente se enfrenta a la experiencia real, descubre que todo era una ilusión. El problema es que esas palabras previas —esa crítica, esa opinión infundada— ya han causado daño, ya han influido, incluso sin fundamento.

En este sentido, la moderación al hablar que propone Confucio no es un silencio pasivo, sino un ejercicio de humildad y prudencia. Es reconocer que el verdadero conocimiento surge de la experiencia, y que la acción es la única forma de verificar la verdad de nuestras ideas.

真走過,才會懂  “El que realmente hizo el recorrido conoce el camino”.

No hables a menos que puedas mejorar el silencio

Vivir de acuerdo con esta enseñanza implica menos espectáculo verbal y más presencia activa. Implica amar y no solo hablar de amor. Implica practicar y no solo platicar. Es saber callarse cuando no se tiene certeza, y moverse cuando se sabe lo que hay que hacer. Implica reemplazar el juicio rápido por el aprendizaje vivencial, y la crítica ajena por la mejora personal.

En definitiva, Confucio nos propone un camino de sabiduría silenciosa y eficaz. En tiempos donde opinar es fácil y actuar con responsabilidad es raro, estas palabras milenarias son una brújula precisa. Porque el tiempo humano es limitado, y quedarse atrapado en palabras sin hechos es perder la única oportunidad real de crecer, de vivir con sentido, y de dejar una huella concreta.

加入 iSpace 的 WhatsApp 頻道
隨時接收最新消息,加入 iSpace 的 WhatsApp 頻道。點擊以下連結:
https://pse.is/6dedab
你也可以選擇開啟小鈴鐺。
- ads -